02 10 2024
Un nuevo informe destaca los esfuerzos del Partido Comunista Chino (PCC) para afirmar el “control total” sobre la Iglesia católica y otros grupos religiosos dentro de China, con el objetivo de “eliminar por la fuerza los elementos religiosos” que entran en conflicto con su agenda política.
El análisis, publicado la semana pasada por la Comisión de Estados Unidos sobre Libertad Religiosa Internacional (USCIRF), afirma que la política de “sinización de la religión” del PCC viola repetidamente el derecho internacionalmente reconocido a la libertad religiosa.
Según el informe, las autoridades chinas ordenaron la retirada de las cruces de las iglesias y sustituyeron las imágenes de Cristo y la Virgen María por fotografías del presidente Xi Jinping. Se han censurado textos religiosos, se ha presionado a miembros del clero para que promuevan la ideología del PCCh y se exige a las iglesias que exhiban lemas del partido.
En un esfuerzo por poner las religiones bajo el control de los partidos, el gobierno obliga a los grupos religiosos a unirse a “asociaciones religiosas patrióticas” y sus ramas locales. Para las iglesias católicas, esto significa ser miembro de la Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica en China, que es supervisada por la Administración Estatal de Asuntos Religiosos de China y el Departamento de Trabajo del Frente Unido del PCC.
Cualquier persona que practique una religión fuera de estas asociaciones aprobadas por el estado es etiquetada como miembro de una “secta” y enfrenta acciones legales bajo las leyes anti-sectas. Esta política ha dado lugar a arrestos y encarcelamientos generalizados, especialmente contra los católicos clandestinos que se niegan a reconocer al clero designado por el gobierno y la alteración de su fe.
El comisionado de la USCIRF, Asif Mahmood, dijo a ACI Prensa que el PCC considera a los católicos clandestinos una amenaza porque no reconocen la supuesta autoridad del gobierno “para dictar la doctrina religiosa y regular los asuntos religiosos”.
Al final, el gobierno chino se centra principalmente en hacer cumplir la lealtad y la devoción absolutas al PCC, sus objetivos políticos y su visión de la religión, en lugar de salvaguardar la libertad religiosa de los católicos.
“Las autoridades continúan desapareciendo a líderes religiosos católicos clandestinos que rechazan a la Iglesia católica controlada por el Estado, incluidos el obispo Peter Shao Zhumin y el obispo Augustine Cui Tai”, dijo Mahmood. “El gobierno también se niega a revelar el paradero de líderes católicos que han estado desaparecidos durante décadas, como el obispo James Su Zhimin”.
Nina Shea, directora del Centro para la Libertad Religiosa del Instituto Hudson y ex comisionada de la USCIRF, dijo a CNA que el PCC está “tratando de separar a la Iglesia católica en China del Papa”.
“Los obispos católicos son objetivos especiales debido a su papel esencial dentro de la Iglesia jerárquica para garantizar la comunión con el sucesor de San Pedro”, dijo Shea. “Quienes se resisten [a la intrusión gubernamental] son detenidos por tiempo indefinido sin el debido proceso, desterrados de sus sedes episcopales, sometidos a investigación policial de seguridad por tiempo indefinido, desaparecidos y/o se les impide ejercer sus ministerios episcopales”.
Los intentos del PCC de controlar la religión van más allá de los católicos y apuntan también a protestantes, musulmanes, taoístas, budistas y seguidores de las religiones populares chinas.
